La fiesta de Navidad es sin duda la fiesta más celebrada del calendario en los países con influencia de la cultura cristiana. Se celebra el nacimiento de Jesús de Nazareth y en prácticamente cada arbolito y cada pesebre se coloca la “estrella de Belén”, que guio a unos magos venidos de Oriente para adorar al recién nacido. La mayoría de la gente da por descontado que fue así, pero la verdad es que en la Biblia, Libro de Libros, sólo hay once versículos que hablan de este evento.
Muchos han intentado identificar a esta “estrella de Belén” de los Reyes Magos, pero la verdad es que tenemos ante nosotros un problema dentro de otro problema dentro de otro problema más. Tenemos que averiguar cuándo exactamente nació Jesús de Nazareth. Tenemos que averiguar qué objeto astronómico apareció en las fechas del nacimiento de Jesús de Nazareth. Y tenemos que averiguar, cuando fue confeccionado este relato casi dos generaciones después, cuánto se sabía sobre cosas de las cuales los que lo confeccionaron no fueron testigos.
Este esfuerzo, que probablemente no haría disminuir en nada la alegría de la Navidad, sí haría que se conozca más sobre las circunstancias de una persona, sea uno creyente o no creyente, de las más influyentes en la historia de la Humanidad.