La historia se escribe con sangre, pero también con recuerdos innegables. Y es precisamente ese recuerdo el que no hará que caiga en el olvido. No la de un pueblo, de una comarca y unas gentes únicas. Desarrollada principalmente durante la década de los años treinta, hallaremos la guerra y la represión que se vivió durante y después de la civil contienda, así como su miseria. La dura vida en el campo, la depuración de responsabilidades, el maquis…
Pero ahí no queda la cosa. Porque uno de los 104 agentes nazis que han vivido en España con la protección de Franco, reclamado por la justicia al finalizar la segunda guerra mundial, Friedrich Burbach, primer representante de Hitler en España y Portugal, entra en escena.
Quien fuera parte del engranaje, peón de un tablero que llevaría finalmente a la Alemania fascista a prestar la ayuda en favor del alzamiento militar de los nacionales en Julio del treinta y seis, es escondido en una granja del valle.