El protagonista de esta novela es un hombre solitario y misántropo que se mete en la aplicación de citas Tinder en busca de relaciones con mujeres.
Se da la circunstancia de que también es un escritor en busca de personajes. En sus cuadernos, a lo largo de varios meses, va desarrollando una escritura que se nutre tanto de sus experiencias y su memoria como de sus fabulaciones, en una estrategia literaria en la que la realidad y la ficción se confunden y que hace aflorar sus sentimientos y pensamientos más íntimos. Escribe sobre la frustración y sobre la plenitud, sobre las carencias del ser y el estar pero también sobre las posibilidades de elevación que ofrecen la literatura, el arte, el sexo, el alcohol.
Plantea el mundo como un gran libro en el que estamos siempre leyendo o escribiendo, una correlación entre vida y literatura que se revela esencial, confusa y estimulante. Y que alumbra la evidencia de que algunas ficciones resultan a veces más verosímiles que la realidad.