Se cuenta en ella la vida de un escritor, en su proceso de producción literaria y sus relaciones. Se combinan e interactúan cuatro argumentos literarios diferentes, interconectados desde ámbitos diversos. La vida de Enrique, el escritor, servirá de base para la novela que escribe, a la vez que los personajes de ésta influyen en su proceso vital. Además de sus escritos, también está leyendo otra novela policíaca de un supuesto autor norteamericano, de origen cubano. En el desarrollo de la trama, van interactuando diferentes mundos, generando un dinamismo creciente de intrigas, sentimientos, pasiones, sueños, deseos frustrados y satisfechos, viajes, reflexiones filosóficas, históricas y culturales, a través de las cuales se tratan temas de actualidad, como la violencia de género y los malos tratos.
El escritor, como protagonista, se siente metido en una serie de trampas psicológicas, de las que participan sus personajes en diferente medida. Intenta liberarse de ellas a través de la creatividad. Pero sólo en las últimas páginas se descubre el sentido de la verdadera trampa, a la que hace referencia el título de la novela, mostrando cómo se encuentra presente desde las primeras páginas, de manera diferente a lo que se creía. Hay dos relatos, en los capítulos H1 y H2, que presentan un estilo narrativo diferente, más pesado, que sirve de contraste para el de la verdadera dinámica narrativa.
Su presencia también encuentra sentido a través de la trama, poco a poco. Deja puertas abiertas hacia la noción de diferentes dimensiones que interactúan en nuestras vidas, así como a los puentes y cruces que se dan entre ellas. La fantasía, los deseos, los sentimientos, la razón y la posible pérdida de ésta, constituyen un asunto constante de fondo, en una historia intensa y sorprendente.